Pues nací en Barcelona en 1984 (actualmente tengo 37 años). Desde pequeña andaba arriba y abajo con mi estuche de colores y carboncillos, siempre me presentaba a todos los concursos de dibujo que hubiese en mi ciudad condal, era muy feliz dibujando.

La pasión por el dibujo se frenó en mi época universitaria puesto que primero debía atender a mi obligación, pero con el tiempo como si de un imán se tratase el arte volvió a mi vida de una forma totalmente diferente y repentina.

Cofundé en 2017 el primer estudio de tatuajes Never I Can’t Tattoo y me animé a formarme como tatuadora.

¡Y aquí me tenéis! Trabajando en una de mis aficiones favoritas, plasmando tatuajes con la técnica de línea fina.

Tatuajes que gracias a los clientes que tengo (porque sin ellos no sería lo que soy) están en diferentes partes del mundo y esa me hace ¡tan feliz!